martes, 28 de xuño de 2022

sábado, 25 de xuño de 2022

Scott Prior: Casiña con dúas toallas

 

KAUKOKAIPUU: Palabra con que os fineses designan a explicable saudade que se sente por un lugar no que non estivemos nunca.

(En finlandés, de kauko 'lonxe' e kaipuu 'ansia').

venres, 24 de xuño de 2022

San Xoán





 Día de san Xoán, alegre,

meniña, vaite lavar,

pillarás auga do paxaro

antes do que o sol raiar.

martes, 21 de xuño de 2022

Doble asesinato de la Guerra Civil saca a la luz un monasterio medieval

 Lourdes Malón Pueyo, de 18 años, la mataron el 20 de agosto de 1936. 
Los falangistas la fusilaron tras haber sido herida de un disparo mientras huía monte a través. A su hermana Rosario, de 23, la muerte le llegó el mismo día dentro de la cueva donde se había refugiado con Lourdes, además de su padre y su hermano. ¿Su crimen? Haber bordado una bandera republicana para las Juventudes Socialistas de Uncastillo, un municipio de Zaragoza. 

Entre 2013 y 2020 se emprendieron cinco campañas arqueológicas en busca de los restos óseos de ambas jóvenes. El cuerpo de Rosario fue hallado en 2017, no así el de su hermana, que sigue sin encontrarse. Pero esta investigación, promovida por la Asociación Charata para la Recuperación de la Memoria Histórica de Uncastillo, con financiación de la Diputación Provincial de Zaragoza, la Comarca de las Cinco Villas y el Ayuntamiento de Uncastillo, ha dado un resultado inesperado: la localización de los muros del monasterio medieval San Esteban de Oraste, la detección de una tumba visigoda, el hallazgo de cerámicas del mismo periodo, el fragmento de una campana decorada con un fraile con casulla y hasta un conjunto monetario del siglo XI.
Continúa aquí

xoves, 16 de xuño de 2022

El soldado republicano que salvó un valioso documento medieval

 Lo tenía el hijo de un soldado republicano en la Guerra Civil española. Guardado con esmero en su casa de Barcelona. Sobre la mesa de la habitación contigua al salón. Envuelto en una espuma de conservación blanca y un paño, como lo había guardado su padre durante décadas en un altillo de la casa, desde finales de 1938. “Lo iban a echar a una pira de libros que habían hecho en el suelo, lo vi, y me lo metí en el morral”, contó el soldado a sus padres tras regresar vivo a casa; y, muchos años después, le relató la anécdota a sus hijos. Todos en la familia conocían “la historia del códice de Brihuega”, pero nunca lo habían visto. Nunca hasta que murió aquel soldado republicano, y vaciaron la casa, y el altillo.

El pasado 5 de mayo, María Méndez, directora del departamento del libro antiguo de la casa de subastas catalana Soler y Llach, condujo hasta el domicilio del hijo de aquel miliciano a un teniente del grupo de Patrimonio Histórico de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. “El señor, que quería preservar su anonimato, me había mandado una fotografía y yo ya había ido a examinarlo previamente”, cuenta Méndez. “Tras escuchar su relato, me di cuenta de que la pieza no tenía solo un valor monetario, sino que tenía principalmente un valor histórico, archivístico y de memoria”, explica para argumentar por qué le puso en contacto con los agentes del instituto armado.

El hijo del soldado, ya con 80 años y en silla de ruedas, pidió a Méndez que pusiera el libro sobre la mesa del salón. Los tres la observaron: un códice de mediados de siglo XIII, con 70 páginas de pergamino y tapas de madera de nogal, en el que el arzobispo de Toledo, Rodrigo Ximénez de Rada, concedió en 1242 el fuero a la villa de Brihuega (Guadalajara).

Continúa aquí

luns, 13 de xuño de 2022

Oliveros

Una tropa de chalanes llega y descabalga para descansar a la sombra de los cipreses, dejando libres los jacos en el verde y oloroso campo, que cruzan aquellos caminos aldeanos por donde se pierden huestes de mujerucas, viejas y mozas, que van al molino con maíz y con centeno. 

Los chalanes son siete: Manuel Tovío, Manuel Fonseca, Pedro Abuín, Sebastián de Xogas y Ramiro de Bealo con sus dos hijos. Oliveros, el mayor, tiene el noble y varonil tipo suevo de un hidalgo montañés. La barba de cobre, los ojos de esmeralda y el corvar de la nariz soberbio, algo que evoca, con un vago recuerdo, la juventud putañera de Don Juan Manuel Montenegro. 

Allá, en su aldea, la madre y el hijo suelen enorgullecerse de aquella honrosa semejanza con el Señor Mayorazgo. Y Ramón de Bealo ha conseguido por ello que el viejo linajudo le diese en parcería cuatro yuntas, y en aforo las tierras de Lantañón. […] 

Oliveros muestra los dientes albos, jóvenes, fuertes, con un gesto lleno de violencia, que recoge los labios y los estremece con sanguinaria y primitiva fiereza. […] ¡Miren estos dientes!… ¡Ahora verás si son buenos los hijos de puta!

Ramón del Valle-Inclán: Romance de lobos II, 6

domingo, 12 de xuño de 2022


 Obra de Correa Corredoira é a Rosa Náutica ao pé da Torre de Hércules. É un círculo de case 25 metros de diámetro. Construída como un mosaico, está elaborada con granito, lousa e cerámica vitrificada. Xunto ás oito agullas que indican os puntos cardinais, contén os símbolos que identifican as nacións celtas: a vieira, Galiza; a caveira, Tarsis; o trevo, Irlanda; o cardo, Escocia; o trisquel, a illa de Man; o dragón, Gales; o cáliz, Cornualles e o armiño, Bretaña.

Aínda que non é celta, inclúese tamén Tarsis, a cidade mítica dos tartesos nas beiras do Guadalquivir, que estivo gobernada polo rei Xerión. De aí o símbolo da caveira.
Na parte superior levan o seu nome en gaélico.

xoves, 9 de xuño de 2022

A casa de Umberto Pasti en Milán

Cara de Plata



Jinete en un caballo montaraz, de lanudo pelaje y enmarañada crin, entra en el atrio otro hijo del Mayorazgo: Se llama Don Miguel y, por la hermosura de su rostro, en la villa y toda su tierra le dicen Cara de Plata

Jugador y mujeriego, vive todavía en mayor pobreza que sus hermanos, y tan cargado de deudas, que, para huir la persecución de sus acreedores, anda siempre a caballo por las calles de Viana del Prior. Pero aun en la estrechez a que sus devociones le han llevado, acierta siempre a mostrar un ánimo caballeresco y liberal. 
Ramón del Valle-Inclán: Águila de blasón III, 3

mércores, 8 de xuño de 2022

In memoriam

Paula Rego (1935-2022)

En 1995 Paula Rego pidió a su segunda hija, Victoria, que posara para ella con el vestido estampado que la madre llevaba puesto cuando se casó con su padre, Victor Willing, muerto en 1988 a causa de una esclerosis múltiple diagnosticada 20 años atrás. Rego se sentía culpable por haberlo descuidado en favor de sus amantes y acudió a su herramienta favorita para tratar de comprender lo que le pasaba: la pintura. El resultado se titula Amor. Cuando lo empezó, la artista lisboeta llevaba apenas unos meses utilizando el pastel, la técnica que terminó por convertirse en su predilecta. “La barra”, afirma, “es más fiera [que el pincel], mucho más agresiva”.

martes, 7 de xuño de 2022

San Juan de la Cruz: Canción 17 del Cántico espiritual

Detente, cierzo muerto;

ven, austro, que recuerdas los amores

aspira por mi huerto,

y corran sus olores,

y pacerá el Amado entre las flores.



3 El cierzo es un viento muy frío que seca y marchita las flores y plantas y, a lo menos, las hace encoger y cerrar cuando en ellas hiere. Y, porque la sequedad espiritual y la ausencia afectiva del Amado hacen este mismo efecto en el alma que la tiene, apagándole el jugo y sabor y fragancia que gustaba de las virtudes, la llama cierzo muerto, porque todas las virtudes y ejercicio afectivo que tenía el alma tiene amortiguado. Y por eso dice aquí el alma: Detente, cierzo muerto. El cual dicho del alma se ha de entender que es hecho y obra de oración y de ejercicios espirituales, para que se detenga la sequedad. Pero, porque en este estado las cosas que Dios comunica al alma son tan interiores que con ningún ejercicio de sus potencias de suyo puede el alma ponerlas en ejercicio y gustarlas, si el espíritu del Esposo no hace en ella esta moción de amor, le invoca ella luego, diciendo: Ven, austro, que recuerdas los amores.

4 El austro es otro viento, que vulgarmente se llama ábrego. Este aire apacible causa lluvias y hace germinar las yerbas y plantas, y abrir las flores y derramar su olor; tiene los efectos contrarios a cierzo. Y así, por este aire entiende el alma al Espíritu Santo, el cual dice que recuerda los amores; porque, cuando este divino aire embiste en el alma, de tal manera la inflama toda, y la regala y aviva y recuerda la voluntad, y levanta los apetitos (que antes estaban caídos y dormidos) al amor de Dios, que se puede bien decir que recuerda los amores de él y de ella. Y lo que pide al Espíritu Santo es lo que dice en el verso siguiente: Aspira por mi huerto.

5 El cual huerto es la misma alma. Porque así como arriba ha llamado a la misma alma viña florecida, porque la flor de las virtudes que hay en ella le dan vino de dulce sabor, así aquí la llama también huerto, porque en ella están plantadas y nacen y crecen las flores de perfecciones y virtudes que habemos dicho. Y es aquí de notar que no dice la Esposa: aspira en mi huerto, sino aspira por mi huerto; porque es grande la diferencia que hay entre aspirar Dios en el alma y aspirar por el alma. Porque aspirar en el alma es infundir en ella gracia, dones y virtudes, y aspirar por el alma es hacer Dios toque y moción en las virtudes y perfecciones que ya le son dadas, renovándolas y moviéndolas de suerte que den de sí admirable fragancia y suavidad al alma; bien así como cuando menean las especias aromáticas, que, al tiempo que se hace aquella moción, derraman la abundancia de su olor, el cual antes ni era tal ni se sentía en tanto grado. Porque las virtudes que el alma tiene en sí, adquiridas o infusas, no siempre las está sintiendo y gozando actualmente; porque, como después diremos, en esta vida están en el alma como flores en cogollo cerradas, o como especias aromáticas cubiertas, cuyo olor no se siente hasta ser abiertas y movidas, como habemos dicho.

domingo, 5 de xuño de 2022

The last picture show

 Cuando pasó el cartel de salida del pueblo se detuvo un momento. Las grises praderas y las crestas castañas se le antojaban demasiado vacías. Él mismo se sentía demasiado vacío; tan vacío él y tan vacío el paisaje que le resultaba arriesgado continuar: podía ser que se lo llevara el viento.

La última película, Larry McMurtry, 1966

 Un pequeño cine cerrado, resistiendo el paso del tiempo en una polvorienta calle desierta, surcada por un viento infinito, es la imagen que abre y cierra La última película (The last picture Show, 1971) de Peter Bogdanovich. El viento es un elemento presente, de forma insistente, tanto en las páginas de la novela homónima del escritor y guionista Larry McMurtry, como en su espléndida adaptación a la pantalla. Un viento que acompaña las sucesivas estaciones que comprende el relato, seco y sofocante algunos meses, perturbador la mayor parte del tiempo. Su presencia, incluso de forma inconsciente, acentúa el aislamiento de Anarene, una pequeña población de Texas donde cierra el pequeño cine local, y la impresión de melancolía que parece acompañar a sus personajes. Siguiendo la estela del viento, las imágenes de La última película desprenden la imprecisa sensación que describe la novela: “No había absolutamente salvo cincuenta kilómetros de paisaje solitario. Excepto unos pocos ranchos desconchados por la arena, lo único que había que ver era una larga sucesión de crestas castañas atravesadas por el viento. Sonny se dijo que tal vez en Texas llamaban a ese fenómeno “melancolía del Norte” porque era difícil no entristecerse cuando soplaba”.

Artigo completo, aquí.

A música calada, a soedade sonora