domingo, 4 de decembro de 2022

O soño de Anwar terminou ás portas de Melilla

 

Abdelaaziz Yaakoub; á dta, examinado pola policía marroquí
tras saltar o valo de Melilla
La última vez que Aisha Yaakoub, de 48 años, vio a su hermano menor fue en una videollamada el 14 de junio. Ella estaba en Jartum, la capital de Sudán, y él en Marruecos, preparándose para cruzar a España. Se lo veía más delgado. Contó que la vida en el bosque no era fácil, que llegaba a pasar dos días sin llevarse algo a la boca, que buscaba comida en la basura o que acababa repartiéndose una galleta entre cuatro. Aisha, por enésima vez, le pidió entre lágrimas que regresase a casa. Él, de 27 años, 21 menos que ella, volvió a negarse, la llamaba llorona. “Déjame ir, no estoy solo”. Se despidieron y la imagen de su hermano vestido con un polo a rayas azules, rojas y blancas desapareció de la pantalla. Días después, la hermana recibió un mensaje de audio: “Aisha, estoy cruzando. Reza por mí”.

La siguiente vez que Aisha volvería a ver a su hermano Abdelaaziz Yaakoub, apodado Anwar, sería en un vídeo que empezó a circular por las redes sociales el 24 de junio. Cientos de migrantes y refugiados habían intentado cruzar el puesto fronterizo que separa Nador y Melilla, pero las cosas no salieron como habían planeado. El intento acabó en tragedia y al menos 23 personas murieron. En el vídeo, Anwar aparecía desplomado en el suelo, con los ojos semiabiertos, el cuerpo torcido y sin signos vitales aparentes. Vestía el mismo polo a rayas y unos vaqueros que le quedaban grandes. Las imágenes muestran a varios guardias marroquíes arrastrando cuerpos y entre ellos se preguntan sí Anwar está muerto. Un agente le toma el pulso y sentencia: “Está muerto”.

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