martes, 29 de setembro de 2020

A pé de obra

Sodomitas de Valencia: 1.-Caso de Andrés Siciliano (1578)

Andrés Siciliano, alias el Griego, de 26 años, marinero natural de Mesina en Sicilia, fue traído a la inquisición a las doce de la noche por unos hombres que en la marina le prendieron con gran alboroto por somético, y examinados siete testigos, el primero de auditu, el segundo, de 20 años, dice que le persuadía a dormir con él y le daría dineros y lo que hubiese menester, y le mostró su miembro armado y dijo que se lo tocase y él le tomó la mano y se la puso en él, y tomando al testigo el suyo se lo meneaba y le decía que le quería hacer la puñeta y le metió un dedo de la mano en el sieso, y cuando mostró el miembro, el testigo le preguntó cómo lo tenía tuerto y el reo le dijo que así acertaba mejor la vena. Otros dos muchachos de trece a catorce años, contestes, dicen que les convidó a cenar y les mostró dineros diciendo que les daría de ellos si querían fotre, y les tocaba las manos. Los otros testigos, de 13, 16, 18 años, son singulares. Deponen que sin los conocer, los convidaba a cenar y a dormir con él y les ofrecía dineros y otras cosas, y el de 16 años dice que se abrazó con él y le tenía muy apretado y decía que le tomase su miembro y se abajase las calzas.

 A.H.N., lnq., lib. 936, fol. 193vº -194rº

mércores, 23 de setembro de 2020

San Zacarías


 De acuerdo con el Evangelio de Lucas, durante el reinado de Herodes el Grande, había un sacerdote llamado Zacarías, de la casa de Abías, cuya mujer, Isabel, era también de la familia de Aarón. Los cuatro evangelistas dicen que ambos padres eran "rectos ante Dios", y no cometían ninguna falta a la hora de observar los mandamientos y órdenes de Dios. Cuando comienzan los eventos que relata Lucas, Zacarías no tenía hijos porque Isabel era estéril y ambos eran de edad avanzada (Lucas 1:5-7).

Los deberes en el Templo de Jerusalén se alternaban entre cada una de las líneas familiares descendientes de los designados por el rey David (Crónicas 24:1-19).1​ Lucas dice que, durante la semana en la que debía servir en el templo, a Zacarías le correspondía realizar la ofrenda del incienso (Lucas 1:8-11).

El Evangelio de Lucas dice que, mientras Zacarías se encontraba en el altar, se le apareció un ángel que le anunció que su esposa daría a luz a un hijo, al que debería llamar Juan, y que este hijo sería seguidor de Dios.(Lucas 1:12-17) Zacarías mencionó la avanzada edad de su mujer y le preguntó incrédulo al ángel por una señal que le garantizase la profecía. En respuesta, el ángel se identificó como Gabriel, y dijo que había sido enviado especialmente por Dios para hacer su anuncio, y añadió que a causa de su duda quedaría mudo hasta el día en que se cumpliera la profecía. En consecuencia, cuando salió del templo fue incapaz de pronunciar su bendición a los feligreses que había en los patios exteriores del templo (Lucas 1:18-29).

Tras regresar a su casa, en Hebrón, su esposa Isabel quedó encinta. Después que Isabel completase su quinto mes de embarazo, su pariente María fue visitada por el mismo ángel, Gabriel. María fue cubierta por el espíritu santo y, aunque seguía siendo virgen, quedó embarazada de Jesús. Entonces, María se fue a visitar a su pariente Isabel, porque el ángel le había dicho que ella estaba en su sexto mes de embarazo. María regresó a su hogar tres meses después (Lucas 1:23-45 y Lucas 1:56).

Isabel dio a luz y, al octavo día, llevaron al bebé a ser circuncidado, tal y como exigían las normas religiosas. Sus vecinos y parientes habían asumido que el hijo se llamaría como su padre, siguiendo la costumbre. Isabel, no obstante, insistió en que su nombre fuera Juan, por lo que la familia preguntó a su marido. Entonces, Zacarías escribió en una tabla "Su nombre es Juan" y, a continuación, recuperó el habla y bendijo "al Señor Dios de Israel" con una profecía conocida por algunos como Benedictus (Lucas 1:57-79). El hijo creció y "fortaleció su espíritu", pero se retiró a los desiertos de Judea hasta que asumió su ministerio religioso, ganándose el nombre de Juan el Bautista (Lucas 1:80Lucas 3:2-3 y Mateo 3:1).

luns, 7 de setembro de 2020

Sodomitas de Valencia: III.-Cargos contra Mosén García Ferrer (1617)

Mosén García Ferrer, presbítero, fraile expulso de la orden de San Agustín que traía el hábito de San Juan, maestro de niños en el lugar de Bétera, de más de 52 años, fue testificado por once testigos varones, los dos mayores, presbíteros, que dijeron de oídas de los demás, que fueron menores, muchachos de hasta doce años, discípulos del dicho reo, de que enseñaba a dichos muchachos a ser sodomitas, haciéndoles que se conociesen carnalmente, metiendo sus miembros genitales los unos a los otros y alternativamente por los óculos traseros, tomándoles el dicho reo sus miembros en las manos y poniéndolos en los óculos de los pacientes, haciendo a los agentes hacer fuerza hasta que los metiesen dentro ( ... ) Dijo uno de los testigos, menor de edad de doce años, que el reo hacía lo que está referido, haciéndoles decir las oraciones cuando estaban en dichos actos torpes; y que habiendo ido el dicho reo a otro lugar llevó consigo este reo al testigo y que estando en la cama le besó y abrazó muchas veces y le volvió boca abajo y le metió el miembro genital en el trasero haciéndole mucho mal y se quejaba mucho de ello y que se lo tuvo dentrometido y allí derramó y le mojó y se halló mojado y sintió dentro mojado como de agua y que después de lo sobredicho se le hizo al testigo una potra, o enfermedad de una hinchazón de que debió curar muchas veces. Otro testigo de los menores de edad, de 10 años, demás de haber dicho lo que pasaba de la mala enseñanza que les hacía, contestando con los demás, dijo contra este reo que estando los dos acostados, le tomaba el reo su miembro y se le hacía poner tieso y le enseñaba a que el testigo le tomase el suyo, y que así lo hacía, y el dicho reo hacía que se lo menease entre las manos y haciendo esto echaba una cosa áspera que se le pegaba en las manos, y que una vez hizo el reo que el testigo le tomase su miembro en la boca, y se lo mamase, y que le echó dentro una agua algo salada, y que hacía que le rascase sus vergüenzas y hacía que el testigo le metiese al reo los dos dedos en el óculo trasero y que estuviese allí meneándolos, y por esto le besaba. Otro de los testigos menores de doce años dijo que cuando los hacía subir a hacer dichas torpezas decía que subiesen a hacer penitencia ( ... ) [La Suprema] mandó que el dicho reo fuese degradado verbalmente y sirviese en las galeras de Su Majestad al remo y sin sueldo cárcel perpetua donde se le señalase y trescientos ducados para gastos extraordinarios. Y habiéndole sido notificada la sentencia y entregado a la justicia seglar para que le enviase a dichas galeras, hicieron relación los expertos que era quebrado y no podía remar, y estando en consulta ante V. Sa. este negocio, para que mandase conmutar las galeras en otra pena, le sobrevinieron siete testigos, los dos mayores, de oídas de los otros cinco, que fueron cuatro muchachos y una niña, todos de ocho a diez años, los cuales le testificaron que estando como estaba preso el dicho reo le dieron oficio de sacristán de la capilla de dicha cárcel y allí los enseñaba a leer y que los azotaba a título que no sabían las oraciones, y que cuando se tenían a cuestas les hacía echar las faldas de la camisa sobre la cabeza y les decía que no le volviesen a mirar, y que estando así le sentían que se hacía la puñeta dentro la dicha capilla.

A.H.N., lnq., lib. 939, fol. 256rº -259v

mércores, 2 de setembro de 2020

Nightwatch, by Ole Bornedal (1997)

Anxo Angueira: "O Valo de Manselle"

 Por entre a néboa que asolaga a codesosa,
Ovidio o da Ministra vén.
Ferro do monte ao lombo, 
Fernando o da Couta vén.
Pola encosta da Ermida,
Alfredo o de Lina vén.
Pedindo lastre, Antonio o de Calo vén.
E vén seu sogro, Moncho o do Serodio vén.
E vén Valentín, Valentín o de Monisa vén.
E vén Marucha a da Olia e a Cardoña
e Otilia a de Neto e Berta a da Romera
-deixano ao lume a ola de caldo para sempre-,
as mulleres vén.

A música calada, a soedade sonora