mércores, 31 de maio de 2017

Walt Whitman

Propus-me representar, sem qualquer desânimo, a humanidade tal como ela é. Pretendi compor um conjunto de poemas que representassem a natureza física, emocional, moral, intelectual e espiritual de um homem.

martes, 30 de maio de 2017

Mozo do Círculo das Artes (Lugo, 1949)

Agnés Varda: Portugal, 1956

Um conto de duas cidades é um documentário de Steve Harrison e Morag Brennann sobre a foto de Agnès Varda.

Os directores contam como em 2010 o casal viu um postal em Lisboa que achou curioso: uma fotografia a preto e branco de uma mulher com vestes negras que andava descalça numa rua. 

No muro atrás dela estava fixado um cartaz meio rasgado de Sophia Loren e ao lado uma tabuleta de madeira com a palavra "Vende-se".

A autora da fotorafia era Agnês Varda, uma cineasta belga que ambos admiravam, e o cenário a Rua das Lavadeiras, na Póvoa de Varzim, em 1956. Procuraram a seguir saber quem era aquela jovem que não usava sapatos, que tinha as pernas à mostra, que carregava o prato no corpo e com o cabelo amarrado no cimo da nuca, o chamado puxo -tão comum nas mulheres da comunidade piscatória da Póvoa de Varzim.

Maria do Alívio era o seu nome, e na altura da fotografia tinha 16 anos.

Sabia Agnès Varda o poder da fotografia que tinha entre as mãos? Os autores do documentário estão convencidos de que ela sabia: "Ela tem uma cápsula onde guarda as peças mais importantes da sua vida, e a fotografia de Maria do Alívio é uma delas", afirma Morag Brennan. 

Publico.pt (20.05.2017)

venres, 26 de maio de 2017

Verás

Bora Bora

 “No hay grandes razones para vivir, solo pequeñas razones”. Este es el resumen final de un libro curioso: Los pájaros, el arte y la vida(Ariel). Su autora, Kyo Maclear, relata en él un año de su existencia dedicado a la observación de las aves. Naturalmente, durante ese año ocurren otras cosas (los padres se hacen mayores, por ejemplo, los hijos crecen). Pero los pájaros nuclean el día a día de la autora, partidaria, como confiesa en las primeras páginas, de la “ansiedad preventiva”. Si eres de esas personas que espera lo peor, este libro está escrito para ti, pues constituye una tregua en la dura lucha contra la catástrofe que está por venir y que a veces no llega. También es para ti si te conmueve una frase como esta: “Vivía en un estado de antropomorfismo imperdonable. Antropoarrepentida, he aquí como me sentía”.

No te apures si abres el libro con desgana, incluso si te tienta abandonar su lectura: él se ocupará de rescatarte. Lo hizo conmigo cuando, a punto de cerrarlo, me regaló esta cita de Pete Seeger: “Creo que el mundo van a salvarlo millones de gestos pequeños. Hay demasiadas cosas que pueden torcerse cuando se vuelven grandes”. El experto en pájaros que acompaña durante un año a Kyo Maclear es en realidad un músico que lo que busca es un pájaro “accidental”. Se da este nombre a las aves que se han perdido y que aparecen fuera de lugar o de época. Si alguna vez te has sentido como un individuo “accidental”, también para ti ha sido escrito este libro que cuenta cómo muchas de las aves migratorias, cuando consiguen llegar a su destino, se encuentran en él con rascacielos contra cuyos cristales chocan y perecen. Quizá también sea tu caso. En fin, no sé, entra en una librería, échale una ojeada y verás.

Juan José Millás: Verás (EP, 26.05.2017)

Roland

mércores, 24 de maio de 2017

Leila Guerriero: Instrucción 8

 Mire por la ventanilla del auto. Vea cómo, a su derecha, se alinean moles de cemento y vidrio. Sienta frío, aunque sea un sábado soleado. Recoja los pies en el asiento. Mírelo a él, que conduce. Piense: “Qué guapo”. Diga: “Qué feos esos edificios”. Escuche cómo él dice: “Si”. Diga: “Tendríamos que llamar al plomero, por lo del caño”. Escuche cómo él dice: “Bueno”, no como si no le importara sino como quien considera el asunto algo muy poco entretenido para un día como ese. Siéntase, de pronto, urgida, como si quisiera enmendar una falta. Diga “¿Y si vamos al teatro?”. Escuche cómo él dice: “¿Si?”. Diga: “Mejor no”. Piense: “Si no nos gusta el teatro”. Sienta una voluntad rara: como si quisiera complacerlo, pero haciendo cosas que usted nunca hace, en una actitud que sabe que resultará ridícula y sospechosa. No pueda detenerse. Diga: “¿Y a una galería de arte?“ . Escuche cómo él dice: “¿Y si vamos al recital en el parque, a la noche?”. Piense: “Calor, mosquitos, horas fuera de casa”. Responda: “Mañana tengo que trabajar”. Arrepiéntase. Pregúntese qué fue de esa chica que usted era: alguien capaz de ir a un recital en cualquier momento, alguien que vivía en un departamento en el que había un solo plato, un solo tenedor, un solo juego de sábanas. Piense en la casa en la que viven ahora donde, hace una semana, encontró un juego de toallas sin estrenar compradas cinco años atrás. Diga “Bueno, podemos ir y volver temprano”. Escuche cómo él dice, con sinceridad serena: “No. Está bien. Nos gusta pasear. Vamos al río”. Mírese los dedos de los pies, encogidos como garras. Pregúntese: “¿Qué queda de mí?”. Mire por la ventanilla. Siéntase ansiosa como un pájaro que choca contra un vidrio y busca una salida que no existe. Piense –con alivio y con pánico, con agradecimiento y terror- “Podemos seguir así veinte años más".

venres, 19 de maio de 2017

Salida

 ¿Y el miedo? ¿Qué ocurre con el miedo cuando entra en un cuerpo? ¿Se queda en él, como un grano, o se agrega al miedo de los vecinos para construir el Gran Miedo? Pienso en ello en el metro, observando los rostros de la gente. En el metro hay cantidades industriales de miedo. Miedo a no llegar a fin de mes, a no alcanzar para pagar la luz o el agua, a que el niño enferme, a que el adolescente no vuelva, miedo a los resultados de la biopsia, a la regulación de empleo, al suspenso, a la noche, al examen de conducir, a perder la cabeza, a no devolver el préstamo, al recibo del gas, a que no nos renueven el permiso de trabajo, miedo a la vejez de los padres, al precio del pollo, al ascensor, al temporal, al castillo hinchable, a las drogas, miedo a los perros, a los insectos, a la llamada del móvil, a resbalar en la bañera, a la sangre oculta en las heces…

Columna completa de Juan José Millás (19.05.2017), aquí

xoves, 11 de maio de 2017

Terry Tsiolis

Sobre Gil de Biedma

 Como parece que a nadie se le ha ocurrido colocar una placa en Maestro Pérez Cabrero, número 6 ("aquí vivió, escribió y amó Jaime Gil de Biedma"), o plantar en el vecino Turó Park uno de aquellos árboles filipinos que daban extrañas frutas, o bautizar una copa con su nombre o el de una de sus canciones favoritas (Mostly Martha, de los Crew Cuts), lo mejor va a ser acercarse al Liura de Gràcia [...] para celebrar la memoria, la risa, el llanto y la vida de aquel hombre "con el estómago lleno de whisky y el corazón lleno de rosas rojas". [...] No cuesta imaginar la breve y turbadora resurrección de Belle Bel, Isabel Gil Moreno de Mora, la única pareja heterosexual del poeta, arrastrada río abajo el 6 de diciembre de 1968.

Marcos Ordóñez: "Noche con Gil de Biedma" (EP, 11.05. 2017)

martes, 2 de maio de 2017

Ceas sorpresa de Zurckerberg

 "Cada ano asumo un reto persoal para aprender algo novo e medrar para alén do traballo. Por exemplo, correr 365 millas, construír unha intelixencia artificial doméstica para a miña casa, ler 25 libros ou aprender mandarín", publicou no seu perfil [de Twitter, Marc Zuckerberg]. 

Sen embargo, esquece as súas extravagancias, como cando escolleu comer durante un ano só carne procedente de animais que el mesmo tivese matado; algo semellante a un retorno ao máis rudimentario do ser humano, que lle fixo apreciar o difícil que é ter acceso á carne fresca. 

Daquela Zuckerberg era un excéntrico novo millonario con alma de universitario.

Máis en "Las cenas sorpresa de Zuckerberg" (EP, 02.05.2017)

A música calada, a soedade sonora