venres, 19 de maio de 2017

Salida

 ¿Y el miedo? ¿Qué ocurre con el miedo cuando entra en un cuerpo? ¿Se queda en él, como un grano, o se agrega al miedo de los vecinos para construir el Gran Miedo? Pienso en ello en el metro, observando los rostros de la gente. En el metro hay cantidades industriales de miedo. Miedo a no llegar a fin de mes, a no alcanzar para pagar la luz o el agua, a que el niño enferme, a que el adolescente no vuelva, miedo a los resultados de la biopsia, a la regulación de empleo, al suspenso, a la noche, al examen de conducir, a perder la cabeza, a no devolver el préstamo, al recibo del gas, a que no nos renueven el permiso de trabajo, miedo a la vejez de los padres, al precio del pollo, al ascensor, al temporal, al castillo hinchable, a las drogas, miedo a los perros, a los insectos, a la llamada del móvil, a resbalar en la bañera, a la sangre oculta en las heces…

Columna completa de Juan José Millás (19.05.2017), aquí

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A música calada, a soedade sonora