Y al vivo de las castañuelas se le conocía luego.
No hubo majo como él
Ni quien al verlo bailar no dijera
"Qué viva la sal de la madre que te echó".
Porque habrá más bailadores en el mundo,
No digo yo que no,
Ni los dejará de haber,
Pero como aquel no vuelvo a ver yo uno.
Si es que quedabas en un sofoco,
Que el calor de verle bailar
No se curaba si no era por entre les sedes.
La flor del lugar, la gala de los mozos.
Aún hoy, pienso en aquella fila larga de bailadores
Y solo se me representa él.
Al hombre se le ve en las faenas,
Pero a Galán, tiene que ser en el baile,
Y en las composturas,
Que en eso también se le veía.
Si es que hasta los envidiosos y las malmiradas,
Hasta los torcidos no podían más que quererlo
Y así andaba:
Al aire de todas las flores,
Que, claro, quien es hermoso y lo sabe
Anda regalado siempre.
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