“Para que se hagan una idea, al poco tiempo de que la sangre dejara de correr por mis venas, este pie ya había llegado a Roma; este trozo de mandíbula, a Italia; todas las muelas de atrás, a México; este trozo de clavícula, a Bélgica; los dedos de esta mano, quitando el meñique y el pulgar, a Bruselas, Sevilla y París, y esta mano, la derecha, a Portugal”. Artigo completo en EP (14.10.2022)
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