Hay monjes —¿los cartujos?— que duermen en su ataúd, por lo visto como preparación para la muerte, pensando en ella con frecuencia noche y día. ¡Yo prefiero el elemento sorpresa! Uno sigue con su vida como siempre, entonces la muerte llega quizá de súbito, quizá por medio de una enfermedad de dos semanas. En este sentido, la muerte es más como la vida, impredecible.
‘Diarios y cuadernos 1941-1995′. Patricia Highsmith. Anagrama, 2022.
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