venres, 14 de febreiro de 2020

Si la Tierra es redonda y otras noticias (17.01.1960)

 A petición de la UNESCO y de acuerdo con las decisiones de una comisión especial de ésta que funciona en Birmania para la organización de la enseñanza, el Gobierno de Rangún ha acordado obligar a los budistas heterodoxos de la Amjayana a que enseñen en sus escuelas que la Tierra es redonda, y no una tortuga de lento andar en cuyo caparazón habitamos. El ministro de Educación paseó por las escuelas amjayanas un globo terráqueo luminoso, y en las paredes de las casas en que los dichos herejes viven -la Amjayana parece tener tendencia al ghetto-, fueron pintados mapamundis, en los que se ve perfectamente el lugar que ocupa Birmania, que no es precisamente más de la mitad de la tierra habitada, como sostienen los sabios amjayanos... Estos opinan que es probable que nuestros humanos ojos, de visión imperfecta y limitada, vean el planeta en forma de esfera, imagen falsa y superficial. Pero Sakia Muni, cuando subió a la décimo séptima nube, miró hacia abajo y la Tierra brillaba a la luz del sol, espléndida tortuga. Y la mirada del iluminado era perfecta, sin que nada la turbase, y desnudaba a lo que existe de las apariencias para contemplar humildemente lo real y eterno. ¿Cuál es, pues, la obligación del maestro? ¿Enseñar las apariencias o el ser, la cosa real?

Ha habido tumultos, han sido quemados globos terráqueos, hay heridos, y lo que más sorprende e irrita a los amjayanos, es eso de que hay antípodas, que hay gente por abajo. Y uno de los más altos jefes de la secta ha huido a la India y ha pedido asilo político, protestando contra la arbitrariedad de un gobierno bárbaro que obliga a creer a sus súbditos en la redondez de la Tierra y en que hay antípodas... Todos los humanos estamos encima de la concha de la tortuga, y algunas naciones en el cuello; por ejemplo, los ingleses, porque son gente soberbia, Rimji dice que hay un dicho en Birmania que asegura: "crédulo como un inglés". Los japoneses están en el borde posterior de la concha, medio en el aire. Y el centro de ella, el omfalos, el ombligo del mundo para los amjayanos, es la isla de Ceilán. Los amjayanos no terminan de comprender cómo la aspiración máxima de todo humano no es la de renacer amjayano, y tienen previsto que llegará un tiempo en que, habiendo renacido todos los hombres, por sus pecados, en diversas formas animales -con preferencia, los chinos en piojos y los hindúes en cucarachas-, no habrá sobre la tierra más humanos que los amjayanos, cuyas serán todas las riquezas... ¡Y que se pierda esta posibilidad porque un gobierno democrático pretenda imponer a palos la absurda creencia de que la Tierra es redonda!

Cunqueiro: O reino da chuvia (p. 323)

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