CUANDO entro en la ducha, cuando salgo,
me interrogo a menudo, me evalúo
los antiguos errores, las heridas,
y me abrazo y contemplo un cuerpo frágil
desnudándose frente a la verdad.
La verdad es que no somos casi nada.
Solo algo de piel y pensamiento.
Cuando dejo de verme, duele menos
este hombre que soy y el que me mira
a través de los años.
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