xoves, 11 de abril de 2019

Tetsuya Ishida, pintor (Yaizu, 1973-Tokio, 2005): "Autorretrato de otro"

Ishida, que terminó sus estudios en plena crisis de los noventa y lejos de vivir de la pintura empleó todos sus escasos recursos en poder seguir pintando, disecciona las lacras de la sociedad capitalista japonesa. “Desde el karoshi, la muerte por exceso de trabajo, hasta los hikikomori, jóvenes que se autorrecluyen y llevan una existencia virtual, en sus obras, la mayoría acrílicos sobre lienzo en los que predominan los tonos fríos, aparece siempre un hombre genérico, el mismo representado en todas las edades”. [...]
El director de cine Isamu Hirabayashi, el mejor amigo de Ishida y compañero de estudios en la Facultad de Bellas Artes en la Universidad de Musashino (Tokio), hace un retrato de los gustos y la personalidad del artista que vivía solo para la pintura. “Tenía un trabajo a tiempo parcial en un turno nocturno y se mudó a un barrio de Sagamihara, porque allí había una gran tienda de materiales de pintura a la que podía ir andando sin gastar dinero en tren. Su máxima prioridad eran los utensilios de pintura, compraba alimentos baratos y comía cada día lo mismo”, escribe Hirabayashi en el catálogo. Su amigo recuerda su carácter introvertido y cómo encontraba un componente estético en el suicidio.
Artigo completo en EP (11.04.2019)

'Repostar comida' (1996) de Tetsuya Ishida

Ningún comentario:

Publicar un comentario

A música calada, a soedade sonora