Alguna noche que he ido
solo al jardín, por los árboles
solo al jardín, por los árboles
he visto un hombre enlutado
que no deja de mirarme.
Me sonríe y, lentamente,
no sé cómo, va acercándose,
y sus ojos quietos tienen
un brillo extraño que atrae.
He huido, y desde mi cuarto,
a través de los cristales,
lo he visto subido a un árbol
y sin dejar de mirarme.
Ningún comentario:
Publicar un comentario