xoves, 30 de novembro de 2017

José F. de la Sota (Bilbao, 1960): Ciudad



Una ciudad inhóspita de cielo encapotado -algo así como un Londres cruzado con Bilbao en su peor momento-. Un lago de cemento en el centro de un parque silente de metal. Largas calles estrechas y oscuras avenidas que en la noche se encienden como venas de luz. Por su caz todo fluye. Tú alimentas al monstruo con tu vida minúscula. Sedimento de muerte, todo fluye en su caz.

venres, 17 de novembro de 2017

Acelgas fritas de dos maneras

De las pencas crecidas tiernas quitarás la telilla, como quando se limpian para cortadas. Las cortarás à pedacitos, y las cocerás con agua y sal. Cocidas que sean, escorrelas en una tabla.

Harás una massa con huevos y harina, como para abadejo, untarás las pencas en massa, las freirás y sirvelas con azucar y canela; son muy buenas aunque caras para los pobres. Para estos, después de cocidas con agua y sal, se les echan unos ajos fritos, un puñado de harina quemada en el mismo aceyte: assi son mas ligeras, y no malas.

Nuevo arte de la cocina española  (1745), de Juan Altamiras, franciscano, cocinero de los monasterios de S. Diego y S. Cristóbal de Zaragoza.

mércores, 15 de novembro de 2017

Salamántigas de Oviedo

Un grupo de investigadores mostrou que as salamántigas permaneceron illadas nos patios da Catedral e o convento de Oviedo durante 1.100 anos. Así que evoluíron ata seren xeneticamente diferentes das poboacións que viven nas zonas máis novas da cidade. 
Un dos autores do estudo das salamántigas urbanas, publicado este mesmo ano é o antigo investigador da Universidade de oviedo e agora consultor ambiental, David Álvarez: "Hai animais que veñen á vidade por moitos motivos, mellor temperatura, ausencia de depredadores, maior disponibilidade de comida... [...] Outros quedan atrapados ao medrar a cidade. É o caso destas salamántigas. O muro que separa o mosteiro de S. Paio do patio da Catedral [do s. IX] provocou que as salamántigas dos dous lados do muro leven séculos sen se misturaren", comenta Álvarez. 

As dúas poboacións presentan diferenzas nos seus xenes. Aínda resulta máis chamativo o feito de que os exemplares da Catedral se parezan máis aos doutras zonas da cidade que os que moran no convento. A razón pode estar na Revolución de 1934: "Dinamitaron o muro da Catedral, que non foi reconstruído ata unha década despois", lembra Álvarez, de xeito que durante todo ese tempo as salamántigas catedralicias estiveron expostas ao fluxo xenético das salamántigas do exterior.

domingo, 12 de novembro de 2017

Francisco Umbral: Esa atención tardía

 EL gato emite silencio. Miro la avispa, al mediodía, serrando un milímetro de carne con sus dos serruchos laboriosos. Se lleva una tajada minutísima, por el aire, hacia el sol secreto de las avispas, y vuelve a por más. Ya le he dado destino a su día. El gorrión se baña en su fuente, se refresca, y luego sale huyendo hacia lo azul. El gorrión es ladrón de agua, robador del frescor del día. La paloma es poesía y resorte. Abierta y volando es un ave modernista. Caminando, o parada en una rama, es un juguete mecánico. Los perros puntean el silencio y lo dejan cruzado de mensajes, que son sus ladridos correspondientes y correspondidos.

La babosa viene a veces adherida al periódico que tiran sobre la hierba, por encima de la tapia. A la babosa la pongo en mi mano y se abre paso entre el vello con ilusión de manigua. Cuando le hablo, mínima, eriza sus dos cuernos blancos y finísimos, sus antenas/ojos, se orienta y sigue, hasta que la deposito en una hoja verde, que supongo es su hábitat, donde se hará caracol.

De dónde esta atención tardía a los animales, a los bichos, este descubrimiento espléndido y pequeño de su lucidez, su afán de vivir, su presente redondo. El hombre ha levantado mitologías en el cielo, dioses grandes, de una musculatura retórica, o ha erigido a otros hombres en esfinges con magia y destino, pero raramente ha descubierto esta mitología breve y populosa de los animales, que cuando son grandes se combaten y cuando son pequeños se ignoran.

En mi afán por huir de lo humano peor, de los destinos consabidos, he venido en descubrir que la verdadera y realísima mitología son los animales, del tigre de Borges a la babosa que transita mi mano, como un continente, mientras leo el periódico. Sí hay vida feliz en la tierra, sí hay una manera compartida de crear el presente duradero y es la de las fieras, los insectos, las aves, los peces, los felinos, los cánidos, esa hermosa y presentísima verdad hecha de fuerza egregia, minucia alfabética, gladiolo del cielo, ave, chispazo del mar, pez, musculatura de oro, pantera, humanidad cabizbaja y sentimental, perro.

Todos ellos siguen en el paraíso terrenal, que es el mar con la selva, y lo traen hasta nosotros en el hocico húmedo, en el mosconeo de oro, en las alas tendidas, —ah Virgen desplegada—, sacratísimas.
Francisco Umbral: Un ser de lejanías

xoves, 2 de novembro de 2017

Derek Walcott: El náufrago y otros poemas – 1965

 «Nostalgia del mar»

Algo remoto brama en los dedos de esa casa;
cuelga apacible de las cortinas, paraliza los espejos
hasta que los reflejos pierden su sustancia.

Algo como el rechino de un molino de viento suena
hasta parar en seco;
una ensordecedora ausencia, un vendaval.

Algo cerca este valle, agobia esta montaña,
aparta el signo, empuja este lápiz
por una espesa nada, ahora,

fleta las alacenas de silencio, dobla la ropa avinagrada
como los trajes del muerto, dejados exactamente
tal como procedió el difunto al lado de la amada,

incrédulos, esperando que alguien los lleve puestos.

Derek Walcott

De: El náufrago y otros poemas – 1965

A música calada, a soedade sonora