domingo, 30 de decembro de 2018

Al Buqayawiyya significa 'a árbore bendita'

 


Hai máis de 1400 anos o profeta Mahoma e un monxe cristián chamado Bahira reuníronse á sombra dunha árbore. Esa mesma árbore crese que foi descuberta e aínda viva nos desertos do norte de Xordania. E é a única árbore viva en centos de quilómetros totalmente ermos.

sábado, 15 de decembro de 2018

Sodomitas de Valencia: VIII.-Caso de Carlos Charmarinero (1651)

Carlos Charmarinero, perrero que ha sido desta ciudad y guarda de las carnicerías del mercado, natural de Salema en el reino de Sicilia, de edad de 28 años, mediana estatura, entre castaño y rubio de barba, rehecho, ojos garzos, fue testificado en el mes de febrero del año 1651 sobre el delito de sodomía contra natura en diversas veces con diferentes personas, siendo agente y haberse jactado de ello ( ... ) En este delito le testificaron 13 testigos, los nueve varones, cuatro mayores y cinco menores, dos de ellos cómplices pacientes ( ... ) El tercer cargo y delito contra este reo es el haber tenido los mismos tratos de sodomía siendo agente con otro mozo llamado vulgarmente Miconet, que su nombre propio y apellido es Vicente Martiniano alias Mico, o Miconet, natural de Valencia, de edad de 19 años, en el cual testifican el primer testigo mujer del verdugo por oídas del marido, que cada vez que quería se aprovechaba dél con un real valenciano que le daba, en que contestan el dicho su marido, testigo sexto, y el séptimo y trece, diciendo todos los tres igualmente que habrá un mes, o mes y medio poco más o menos tiempo, que estando juntos con el reo en el mercado, les mostró y dio a conocer un mozo que allí estaba de hasta diez y seis años llamado Miconet, diciendo el reo que aquel mozo le servía de mujer, o que era como su mujer y que siempre que quería se aprovechaba dél con un real valenciano que le daba, y el dicho testigo trece, hablando desto, dice que dijo el reo que aquel mozo le costaba muchos reales y que había gastado con él más de cincuenta libras y todos los días le daba un real por que fuese su amigo.

En 7 del dicho mes de febrero, vino al tribunal el dicho Vicente Martiniano de su voluntad, de oficio ropero, natural de esta ciudad, alias Miconet, cómplice en el acto referido, de edad de 19 años, testigo doce, y dijo que habiéndose confesado en el convento del Puig le había parecido venir al Santo Oficio a manifestar que habría un año y medio, estando durmiendo una noche debajo de los cobertizos de las carnicerías del mercado, llegó allí el reo a la media noche y le desatacó y fornicó con su miembro armado por el óculo trasero y le fornicó como si fuera mujer, derramando semen dentro dél, y no queriendo el testigo venir en ello, le ofreció para una capa con lo cual hizo su gusto, y que de allí a una semana volvió a dormir al mismo puesto de las carnicerías del mercado y acudió el reo y debajo de la misma oferta de la capa, le desatacó y fornicó otra vez como la primera, metiéndole su miembro por el óculo prepostero y derramando semen, y de allí a cuatro o cinco noches, habiéndole primero solicitado para ello y dándole un real valenciano, le fornicó tercera vez en el aposento de dichas carnicerías donde encierran los carniceros, con consentimiento del testigo, y de allí a un mes, con la misma promesa de la capa, en su casa, que la tenía al lado del verdugo, le quiso fornicar, y no consintiéndolo el testigo por tener intención de confesarse de aquel pecado, se salió de allí y se fue a dormir a una casa derribada junto a la cruz del hospital, hasta donde el reo le fue siguiendo, y estando durmiendo, despertó y halló que le había cortado con un puñal la cinta de los calzones, y diciéndole que no tuviera miedo y dándole la capa que le había mandado, consintió el testigo que le fornicase como en efecto lo había hecho, de la misma manera que las otras veces, consumando el acto y dejándole mojado, y habiendo acabado cogió la capa y se fue, quedándose allí el testigo, y otra noche, estando durmiendo en la lonja del aceite, habría un año, le había buscado el reo en aquel puesto, y ofreciéndole un real de ocho, no le quiso tomar ni consentir más en aquel pecado, y que después le había solicitado para lo mismo muchas veces, dándole, aunque no todas, un real valenciano, y a veces menos, y no había querido condescender con su intento, y que le había contado muchas veces que había fornicado a un muchacho soldado del tercio de Valencia que fue a Tortosa, criado de un guantero desta ciudad, y también que estando en Tortosa había tenido amistad con otros muchachos y que no se habían hecho de rogar como el testigo, y habiendo sabido ayer, 8 del dicho mes, que el Santo Oficio tenía preso al reo por bujarrón, temblando de oírlo fue a dar cuenta dello al padre Berenguer, de la Compañía de Jesús, y le había remitido a los inquisidores

( ... )

Por mandado del tribunal, le reconocieron las partes del óculo trasero un médico y dos cirujanos del oficio, que declararon haberle hallado sano sin dilatación ni relajación, sin señales que convenciesen que de reciente u de tiempo antiguo hubiese padecido violencia de haber entrado por allí miembro viril ( ... )

 Se le preguntó si tenía acordado alguna cosa en su negocio y respondió que habría seis o siete meses que habiendo cenado una noche en casa de Tomás el verdugo con él y otros que nombró, y entre ellos un muchacho llamado Antonet, y queriéndose ir el reo a dormir a su casa le dijo el verdugo que se quedase a dormir allí, como lo hizo, y después de acostado, de allí a media hora, vino el dicho Antonet a donde dormía y se acostó con él, y que como era el reo guarda de las carnicerías del mercado y dormían en aquellas cubiertas algunos muchachos y hacía malas noches y llovía, se los llevaba a su casa y los hacía acostar en la paja de que tenía en la caballeriza y les prestaba seis dineros y un diez y ocheno, en particular a uno que llamaban Cuchara, que andaba perdidillo por el mercado, que era zurdo y tenía madre, y a otro muchacho cojo, y que estos dos particularmente los acogía en su casa y a otro que se llamaba Ales, que vivía en la calle de Conejos y tenía un tío aceitero de la lonja y a otro muchachito que traía el cojo consigo, y porque la mujer del verdugo le decía que para qué traía tantos muchachos a su casa, le parecía que habría dicho alguna cosa contra él ( ... ) 

[El 28 de marzo, el acusado] dijo y confesó que habría año y medio que halló en el cobertizo de la lonja del aceite al mozo llamado Miconet y se le llevó a su aposento que tenía alquilado al lado de la casa del verdugo y le acostó en su cama y por fuerza le fornicó aquella noche una vez, metiéndole el miembro armado por el óculo trasero consumando el acto y derramando semen dentro dél y a la mañana le preguntó si le había hecho mal y el mozo respondió que no y que le ofreció dineros cuando los hubiese menester, y de cuando en cuando se los pedía y le daba un diez y ocheno o un real, y que después desto le solicitó para lo mismo y viendo que no hacía caso de él y que no cumplía la palabra que le daba de venir al puesto concertado, el amenazó que le mataría a palos en llegando la noche, y que de allí a quince días se volvieron a juntar en dichas carnicerías en el puesto donde guardan las cabezas de los carneros y el dicho Miconet le había dicho al reo que le tocase sus vergüenzas, y él lo hizo y el Miconet le metió a él la lengua en la boca y se besaban y chupaban la lengua el uno al otro y derramó semen el dicho Miconet, y el reo le fornicó otra vez sobre la tabla ( ... ) Venía el dicho Miconet a cenar con él a las carnicerías algunas noches cuando le parecía y el reo hacía el gasto, y en cenando le fornicaba por el óculo derramando dentro semen, y que una noche en la Cuaresma pasada, estando los dos y otro muchacho en el mercado en el puesto que guardan los barriles de sardinas y todos tres acostados, el Miconet fornicó al reo y el reo al Miconet de la mesma manera y se abrazaban. Y que también es verdad el cargo que se le hacía de haber dormido una noche en casa del verdugo con el muchacho Antonet, y le fornicó sin metelle el miembro en el óculo, porque no pudo por ser muchacho, derramando semen por la parte de afuera y en el entretanto que aquello pasaba el Antonet se hacía la puñeta y se besaban los dos, y lo mismo había hecho otras seis o siete veces en el aposento del reo sin que en ninguna le hubiese podido meter el miembro por su poca edad. Y que habría ocho meses que recogió en su aposento, porque no tenía dónde dormir, a un soldado siciliano de diez y seis años que no le supo el nombre ni adónde estaba, y le fornicó seis o siete veces en diferentes días por el óculo derramando semen dentro. Y lo mismo hizo con el dicho siciliano delante del reo otro hombre cojo llamado Antón, aguardándose el uno al otro para fornicarle uno tras otro ( ... ) Y en Palermo fornicó a dos soldados y ellos al reo por la misma parte, y que estando en Cádiz habría seis años fornicó a otro muchacho llamado Bartola de edad de quince años seis veces poco más o menos. 

A.H.N., inq., lib. 941, fol. 365rº -371vº

martes, 11 de decembro de 2018

Charitable sodomy

Norman Douglas, de 20 anos, mariñeiro de Oz (Australia), cumpriu seis meses nun penal de Sydney en 1928 por sodomía caritativa, tras ser sorprendido con Harry Jones, un americano de 44 anos. Lamentablemente foi expulsado da Mariña, e co tempo converteuse en labrego e contratista de estradas.

sábado, 8 de decembro de 2018

Casiña nas illas Islas Lofoten (Noruega)

De casas e tobos


 Truman Capote [El invitado del Día de Acción de Gracias] indica que hai dúas cousas fundamentais que debe ter toda casa.

Algo bonito: "Pode chegar o día en que todo o que poidamos ofrecer sexa auga do pozo, pero polo menos poderemos servila nun mantel de auténtico liño".

Que a casa teña recantos: "Un lugar ao que acudía cando me sentía triste ou inexplicablemente entusiasmado ou cando quería pensar nas miñas cousas" [isto aparece no relato A illa de Buddy].

Bruce Chatwin pola súa parte falou da claustrofobia daqueloutros que nunca deixan a casa na que naceron e "viven unha relación circular na que non pode suceder nada".

Anatxu Zabalbeascoa: La tercera cosa, una salida (EP Icon, 8.12.2018)

martes, 4 de decembro de 2018

Barbara Bush sobre o caso Lewinski

Clinton mentiu. Un home pode esquecer onde aparcou o coche ou onde vive, pero nunca esquece o sexo oral, por malo que fose.


luns, 3 de decembro de 2018

Sodomitas de Valencia: VII.- Causa de Francisco Roca (1651)

 Francisco Roca, natural de Perpiñán, vecino de Valencia, de edad de 24 a 25 años, alto de cuerpo, rubio, lampiño de barba, ojos pequeños, fue testificado el año 1649 por cuatro testigos formales en parte, los tres mujeres menores, la primera lo es del reo, la segunda esclava de casa, la tercera, prima de la mujer, el cuarto, varón de 22 años, cochero del reo, que deponen. 

Conviene a saber, las tres mujeres, ama, esclava y prima, igual y formalmente que el reo dormía aparte con hombres amigos suyos que traía a su casa y los regalaba y nombraron dos de ellos, el uno capitán, y el otro alférez, que estaban ya ausentes, y que el capitán, le vieron una noche boca abajo encima del reo, que estaba boca arriba en la cama ambos durmiendo, y la esclava añade que se besaban y dormían la siesta y los sentía resollar, y después de ido el capitán trujo el alférez y dormía con él y que se besaban el reo y los hombres que traía a casa, y al hombre con quien dormía después de haberse ido el capitán, le pedía celos el reo y él le llamaba «puta probada, pícara, qué me pides celos», dando a entender que el reo tenía tanta natura como una mujer, y tan grande, y que por esto y no dormir con la suya, la testigo le tenía por mujer, y el cochero dice que su amo dormía con el alférez, y en este artículo y tratos carnales con hombres concluye la mujer del reo diciendo que habiendo tenido noticia de que su marido era hermofodrita (sic), le acechó catorce o quince veces cuando dormía con hombres y sentía que hacía acciones el marido como si estuvieran juntos hombre y mujer y por esto presumía que no era hermofodrita ni servía para hombre, sino que cometía con ellos el pecado nefando siendo paciente ( ... )

 [Se recibe la deposición de un testigo de Madrid contra el acusado] sobre que siendo mujer andaba en hábito de hombre fingiendo serlo y que como mujer había tenido, y tenía, conversación carnal con unos mozos que nombró, estando amancebado con ellos, en que después a instancia nuestra se examinaron seis testigos ( ... ) El segundo testigo, de edad de treinta y ocho años, dijo que el reo era casado en esta ciudad y que le conocía desde Nápoles camarada de un barbero, y a otros había oído decir en Nápoles que era mujer, y que después se habían vuelto a ver en Madrid el testigo y el reo y posaron juntos en la posada de Jusepe del Monte, lacayo del Rey, y este testigo le escribía las cartas para su mujer, y que de allí a cinco meses, habiéndose venido el reo a esta ciudad, volvió a Madrid en compañía de Mosén Josepe Rodríguez, clérigo de menores órdenes, y todos tres posaron juntos en dicha posada, durmiendo el reo en cama aparte y los dos en otra cerca della, en un aposento donde había venido el capitán Fonseca, mozo de veintidós años, a visitar al testigo, y que el reo, sin haberle visto otra vez, le agasajó y convidó a comer, y que deste convite había resultado convidarlo también a dormir todo el tiempo que estuviese en la corte, como lo hizo, durmiendo con él en su cama, haciéndole el gasto, y que cuando el reo se fue de Madrid, le había llevado consigo y pagado la mula, y que casi todas las noches que durmieron juntos, que habían sido más de veinte, oían que el reo le requebraba al capitán y le decía mi vida y mi alma y otros requiebros diferentes, y que después de haberse los dos ido de la corte, el testigo contó lo referido al barbero que le conocía de Nápoles y a el maestro donde estaba y su mujer, y todos tres había convenido que era mujer, citando a otro que lo sabía, a quien el testigo había hablado sobre ello y le había dicho lo mismo y que él había sido su amigo y galán muchos meses y le había puesto el cuerno con otro hombre; y que en otra ocasión, habría un año, habiendo el reo vuelto a la corte, se había enamorado con otro mozo llamado don Francisco de Avila, de diez y ocho años, y comía y dormía con él y le hacía el gasto y daba dineros hasta que se fue a la campaña, pagándole la mula y socorriéndole para el camino; y que preguntándole al don Francisco de Avila que cómo le iba con el reo y si era mujer, le había respondido que sí, y que muchas veces había tenido con ella acceso carnal y le mataba, porque era un fuego vivo; y que !a justicia había venido a la posada a prender a don Francisco de Avila porque estaba amancebado con el reo, y que habiéndolo sabido y para que creyesen que era hombre y no mujer, estando en la posada había sacado su miembro viril delante del testigo y de los dueños de la casa, tan grande y deforme, que quedaron admirados de verle, y se quejó del testigo diciendo que él había sido quien había publicado que era mujer ( ... ) 

Don Francisco de Avila, testigo séptimo, de edad de veintidós años, alférez de infantería con suplemento de capitán, examinado en Valladolid, dijo habría un año que estando en Madrid posó con el reo y don Alfonso su camarada, y que entre todos los de la posada estaba tenido en opinión de mujer, y durmiendo juntos en una cama le había conocido carnalmente, y porque era fogoso y le cansaba, se pasó a otra cama, y que como a mujer le había tratado y la tenía por tal, y le pedía celos al testigo si hablaba con otra y por ellos había reñido con él muchas veces, y le hacía el gasto, dándole de comer y cenar y dineros para lo que se le ofrecía, hasta que el testigo se fue a Aragón, donde se volvieron a ver en el ejército de Cataluña, y añadió que el reo en una ocasión le había confesado que era mujer y le solicitó para que durmiese con él, como lo había hecho, pero que nunca le tentó las partes vergonzosas porque dormía con armilla cerrada, aunque le había parecido que los pechos le hacían bulto. Y en otra declaración, después, de su voluntad, declaró que había oído decir que era ermoafodrita (sic), si bien no usaba de otro sexo que del de mujer ( ... ) 

En primero de febrero se hizo por dos médicos y dos cirujanos del oficio la segunda inspección pedida por el fiscal, y todos cuatro unánimes y conformes dijeron que el reo tenía en miembro natural de hombre con los testes según el estado natural de los hombres perfectos y que no tenía cosa alguna de mujer, y en lo tocante al orificio posterior, lo tenía lo gordo de un dedo más hacia adelante de lo natural y acostumbrado y los músculos que sirven para cerrar el intestino recto y las partes carnosas de que se componían estaban firmes, duras y en estado natural, como había constado por la vista e instrumento del speculum ani, con que se había hecho la prueba, y que aquella parte estaba muy cerrada y en nada dilatada. 

A.H.N., lnq., lib. 941, fol. 350rº -358

A música calada, a soedade sonora